El cólico es un posible síntoma de alergia a la proteína de la leche de vaca. Los síntomas son similares a los de un cólico (se define como episodios repetidos de llanto excesivo e irritabilidad difícil de calmar) y pueden presentarse como una reacción diferida entre unas horas y unos días después de consumir proteínas de leche de vaca. Una regla que puede ayudar a detectar los cólicos: Lactante sano que llora más de 3 horas al día, más de 3 días a la semana, más de 3 semanas.
Las reacciones alérgicas pueden afectar a diferentes zonas del cuerpo; sin embargo, es más probable que aparezcan en la piel, en la zona del abdomen, y pueden afectar al aparato digestivo, al aparato respiratorio o a ambos. Descubre nuestra guía de síntomas para la alergia a la proteína de vaca (aplv) y encuentra explicaciones detalladas de cada afección provocada posiblemente por una alergia alimentaria. Recomendamos que ante cualquier duda te pongas en contacto con tu profesional de la salud.
Ver todos los síntomas:
Todos los bebés lloran, pero llorar continua e inconsolablemente durante largos períodos de tiempo es inusual. Los cólicos son un síntoma complejo, pero por norma general, si tu bebé llora durante más de 3 horas al día, más de 3 días a la semana, durante más de 3 semanas, deberías consultar con tu médico. Una alergia a la leche o a los alimentos puede contribuir al dolor digestivo que puede causar irritabilidad extrema y al llanto agitado.
El arqueo de la espalda, también durante la lactancia, puede producirse en bebés con un reflujo alimentario significativo.
Otro de los síntomas comunes de la intolerancia a las proteínas de la leche es la diarrea después de consumir leche o productos lácteos. La APLV puede producir heces sueltas y viscosas en los bebés. Las heces pueden estar manchadas de sangre.
Eccema (del griego «que hierve») es una forma de dermatitis, o inflamación de la capa externa de la piel.
Una erupción es un cambio de la piel que afecta a su color, apariencia o textura. La erupción se puede localizar en una parte del cuerpo o afectar a toda la piel.
El estreñimiento es la escasa emisión de heces, de consistencia especialmente dura y puede ser otro de los síntomas digestivos de la APLV. La mejor forma de saber si tu bebé está estreñido es fijándonos en la consistencia de sus deposiciones más que en la frecuencia. Si lo está, su popó será seca y dura. Otro síntoma es que tu bebé esté tenso o dolorido. También suele provocar falta de apetito, incomodidad y, sobre todo, flatulencias o deposiciones malolientes.
La hinchazón es cualquier inflamación anómala general o el aumento de diámetro de la zona abdominal. Los síntomas más comunes asociados a la inflamación son dolor en la cavidad abdominal, dolor en el pecho, vómitos, diarrea, estreñimiento y heces sanguinolentas u oscuras.
Véase erupción cutánea.
Los problemas respiratorios o la disnea es la incapacidad de tomar el oxígeno que el cuerpo necesita.
El rechazo o la dificultad a la hora de alimentarse se manifiesta por lo general con náuseas, vómitos y el avance lento o difícil del volumen de alimento ingerido.
El reflujo es el paso involuntario del contenido del estómago hacia el esófago (canal de alimentación). Es una afección en bebés que puede deberse a una alergia alimentaria o a la APLV.
Un resuello es un silbido continuo y basto producido en las vías respiratorias al respirar. Para que se produzcan estos resuellos, una parte del árbol respiratorio debe haberse reducido u obstruido, o la velocidad del flujo de aire del árbol respiratorio debe haber aumentado.
El retraso en el crecimiento se refiere a un crecimiento físico deficiente por cualquier causa y no implica un desarrollo intelectual, social o emocional anómalo.
La sangre en las heces suele ser indicio de una lesión o trastorno del aparato digestivo. Puede que el médico utilice el término «melena» para describir heces negras, alquitranosas y fétidas o «hematoquecia» para describir las heces rojas o de color marrón.
Una tumefacción es una acumulación anormal de líquido bajo la piel.
El vómito, conocido en la jerga médica como emesis, es la expulsión violenta del contenido del estómago por la boca y a veces la nariz.
AVISO IMPORTANTE: La leche materna es el mejor alimento para el bebé. La decisión de no amamantar puede ser difícil de revertir y se deben considerar las implicaciones financieras. El uso de estos productos debe hacerse bajo la recomendación y supervisión de un profesional de la salud (médico o nutriólogo). Los lactantes, además del consumo de la fórmula, también deben recibir alimentación complementaria según la orientación de un profesional de la salud (médico o nutriólogo) y en cualquier caso a partir de los seis meses de edad; las fórmulas de continuación y fórmulas de continuación para necesidades especiales de nutrición son parte de la alimentación complementaria y no deben ser consumidas antes del sexto mes de vida. Las fórmulas para lactantes con necesidades especiales de nutrición y las fórmulas de continuación para necesidades especiales de nutrición DEBEN UTILIZARSE BAJO LA SUPERVISIÓN DE UN PROFESIONAL PARA LA SALUD. La salud del lactante o niño depende de que se sigan cuidadosamente las instrucciones para la preparación y uso de la fórmula.
- Fox, A., Brown, T., Walsh, J. et al. An update to the Milk Allergy in Primary Care guideline. Clin Transl Allergy 9, 40 (2019). https://doi.org/10.1186/s13601-019-0281-8.
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Revisado por última vez: 21 de Marzo del 2025