Diagnóstico APLV

¿Cómo se puede diagnosticar la APLV?

Para el diagnóstico de la APLV tu profesional de la salud necesitará algo más que una simple prueba. A la hora de decidir si tu bebé padece una alergia alimentaria se tendrán en cuenta sus síntomas, su historial médico y una evaluación, y distintas pruebas según el criterio del profesional de la salud (analítica, prick test, etc..). Para poder diagnosticar con seguridad que es una APLV, en la mayoría de los casos, durante unas semanas le quitarán la proteína de leche de vaca (dieta de eliminación diagnóstica). Después es preciso reintroducir la lactancia materna o fórmula infantil, según corresponda, para comprobar la reaparición de los síntomas (prueba de provocación).

¿A qué médico puedo acudir?

Cuando estés preocupado por la salud de tu hijo, el pediatra será siempre la primera persona de contacto, ya que hará todo lo posible por ayudarle o le derivará a un especialista pediátrico en caso necesario.

Cuál es la mejor forma de prepararse para la consulta:

Cuando se trata de diagnosticar alergias, el historial médico del bebé puede ser tan importante como los resultados de las pruebas de diagnóstico. Antes de visitar al médico debes preparar la información sobre el historial médico familiar, así como el historial médico de tu bebé. ​Identificar los síntomas de la APLV es el primer paso para aliviar a tu bebé. Por tanto, también será de gran utilidad conservar una lista detallada y un diario de los síntomas.

Pruebas de diagnóstico que el médico podría querer llevar a cabo

El médico de tu bebé podrá utilizar toda la información antes mencionada para decidir qué pruebas de alergia son necesarias. Las pruebas de alergia pueden incluir análisis de sangre y pruebas cutáneas, así como dietas diagnóstico. El tipo de prueba que el médico considere apropiada dependerá del tipo de alergia que se sospeche.

Algunos doctores prefieren las pruebas cutáneas porque son más rápidas. Cuando las reacciones alérgicas se producen de modo inmediato después de que el bebé haya comido, es más probable que una prueba cutánea o un análisis de sangre den positivo. Ten en cuenta que este tipo de pruebas de alergia son sólo una parte del proceso diagnóstico ya que se pueden producir resultados erróneos positivos o negativos. Esto significa que tu bebé puede mostrar síntomas de alergia a pesar de que la prueba diga que no es alérgico. ​

Por otro lado, una prueba de alergia con resultado positivo a leche solo indica sensibilización, debe existir causalidad para poder indicar que el bebé es alérgico.​

Las dietas diagnóstico, como dietas de eliminación o exposición a alimentos, se pueden elegir cuando las reacciones alérgicas se produzcan horas o días después de haber ingerido el alimento.​

Todas estas pruebas deben realizarse bajo supervisión médica por parte de un pediatra o especialista.

Las pruebas cutáneas intraepidérmicas o prick test

Son muy precisas en el diagnóstico de la alergia a la leche de vaca. Se colocan pequeñas gotas de leche de vaca o de otro alimento posible causante de la alergia en el antebrazo del bebé. Se efectúa un pequeño pinchazo en cada gota sobre la piel. Si la piel del bebé se enrojece y le pica, suele significar que es alérgico a ese alérgeno en particular. A esto se le conoce como reacción positiva. Si no muestra ninguna reacción en la prueba, todavía existe la posibilidad de que tu bebé tenga una alergia alimentaria. Esto puede ocurrir si tu bebé muestra reacciones tardías después de la ingesta del alimento, lo que se denomina una reacción no mediada por IgE.

Pruebas IgE específicas (antes conocidas como prueba RAST)​

Las pruebas IgE específicas son análisis de sangre que pueden medir la concentración de anticuerpos específicos en la sangre del bebé. Estos anticuerpos se denominan IgE. Los niveles de IgE en sangre suelen ser más elevados en niños con alergias o asma. Si la RAST es negativa, todavía es posible que su hijo padezca una alergia alimentaria; no obstante, en este caso se trata de una reacción tardía o no mediada por IgE.

Dieta de eliminación

El médico de tu bebé puede recomendarte una dieta de eliminación para probar que tu hijo reacciona a alimentos como la leche de vaca, los huevos, el trigo o la soja.

Con los resultados obtenidos de esta dieta de eliminación, el historial médico de tu bebé y los análisis de sangre, así como con el diario de los alimentos y síntomas, tu médico tendrá algo con lo que trabajar cuando trate de dar con un diagnóstico. La organización de una dieta de estas características requiere la estricta supervisión del nutricionista o médico de tu bebé. El alimento sospechoso de causar el problema será eliminado de la alimentación de su bebé durante una o dos semanas. Es importante que evite los alimentos que contengan el elemento que podría desencadenar los síntomas. El médico te dará instrucciones precisas sobre cómo hacerlo y es probable que recomiende volver a la lactancia materna o que prescriba una fórmula extensamente hidrolizada o con aminoácidos (en función de la gravedad de la alergia) para alimentar a tu bebé de forma adecuada durante una dieta de eliminación.

Exposición a alimentos

Puede que su pediatra recomiende iniciar una exposición a alimentos si cree que es posible que tu bebé haya superado su alergia alimentaria. Antes de iniciarla, los síntomas de tu bebé deberían haber desaparecido o al menos haberse estabilizado. En una prueba de exposición, se toman cantidades muy pequeñas de un alérgeno por vía oral. Éstos pueden encontrarse en diversas productos como zumos de frutas, purés o papillas de cereales en función de la edad del niño.

¡Atención! Las pruebas de exposición deben siempre ser supervisadas por un profesional sanitario quien indicará, en función de la gravedad de la APLV, dónde debe ser realizadas (hospital, ambulatorio, centro de salud o domicilio).

AVISO IMPORTANTE: La leche materna es el mejor alimento para el bebé. La decisión de no amamantar puede ser difícil de revertir y se deben considerar las implicaciones financieras. El uso de estos productos debe hacerse bajo la recomendación y supervisión de un profesional de la salud (médico o nutriólogo). Los lactantes, además del consumo de la fórmula, también deben recibir alimentación complementaria según la orientación de un profesional de la salud (médico o nutriólogo) y en cualquier caso a partir de los seis meses de edad; las fórmulas de continuación y fórmulas de continuación para necesidades especiales de nutrición son parte de la alimentación complementaria y no deben ser consumidas antes del sexto mes de vida. Las fórmulas para lactantes con necesidades especiales de nutrición y las fórmulas de continuación para necesidades especiales de nutrición DEBEN UTILIZARSE BAJO LA SUPERVISIÓN DE UN PROFESIONAL PARA LA SALUD. La salud del lactante o niño depende de que se sigan cuidadosamente las instrucciones para la preparación y uso de la fórmula.

  • Espin Jaime B, et al. An Pediatr (Barc).2019;90(3):193.e1-193.e11​.
  • Valdesoiro Navarrete L,et al. Protoc diagn ter pediatr. 2019;2:207-15. ​
  • Koletzko S, et al.JPGN 2012;55: 221–229).

Revisado por última vez: 21 de Marzo del 2025

Aptaclub careteam members

La futura salud de tu bebé comienza aquí

Artículos relacionados:

Nutricia Club cerca de ti

Si tienes una pregunta, ponte en contacto.

x